viernes, 2 de octubre de 2009

riesgo de asfalto

Son las seis de una calurosa tarde de verano; casi recién dejé la playa. Estoy sola, haciendo dedo, con esa mínima cuota de temor que me mantiene alerta.
Un auto se detiene. Baja una mujer y queda la puerta abierta, esperándome.
—¿Tá todo bien ahí?— le pregunto.
—Si, dale.
Entro, saludo al conductor, y a gatas logro mantener quieto mi corazón en el pecho cuando escucho cuatro voces masculinas que desde el asiento de atrás me saludan.

de la serie "On the road" (1)

3 comentarios:

  1. Qué coraje!! Yo no arriesgaría! Bueno el final abierto!! Y? Saliste ilesa?

    ResponderEliminar
  2. ya me ves... impeca (bueno es un decir),
    pero no me pasó nada, salvo que los cinco tipos me dieron material para escribir varios cuentos más

    ResponderEliminar
  3. Yo nunca pude hacer dedo.. creo que es una de las cosas pendientes que me quedaron de mi juventud. Pero mi amigo, el "miedo" nunca me lo permitió ¡

    ResponderEliminar